¿Pertenecés? ¿Qué reglas rompiste? A mí no me vengas con que las rosas no tienen espinas. Todos acá comimos barro alguna vez. Pero dejemos las fotos viejas en el cajón, que aquí nadie quiere llorarlas.
¿Qué ves vos de mí? ¿Qué ves a través de mí? Se escuchan los ecos de tus ideas, me gusta. Algún día seremos amigos, a pesar de la lluvia.
Y aquí estamos, un vez más, esperando. No preguntes, no mires, no sospeches, no pienses, no actúes. No te queremos a vos, sólo queremos lo tuyo. Y después a la basura, como los demás. Sí, pero algún día seremos amigos.
¿Quién sos? ¿estás seguro? Sí, tu nombre, pero ¿quién sos? ¿qué querés? ¿quién te conoce? ¿con qué soñás? ¿qué pensás? ¿sentís? ¿todavía sentís? Ah, sos uno más.
Claro, mirás el cielo; pero abajo hay una ciudad. No se ve el horizonte, no sabés qué hay detrás. ¿Igual vas a tirarte? Al resto no le importa pibe, no le importa.
Ves los edificios, la ropa tendida, la sangre que mancha la pared. La conciencia no descansa. La ciudad es la misma, la mierda perdura. Y nosotros aquí, a pesar de las marcas y las historias. Algún día seremos iguales.
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1 comentario:
Ya somos iguales, siempre lo fuimos. Si lo que importa nos importa, no hay más que hablar.
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