Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
lunes, 14 de septiembre de 2009
miércoles, 7 de enero de 2009
Every game you play
Se supone que uno se va de viaje, se va a la mierda; más bien, se va de la mierda. Se supone. Pero no pasa. Te das cuenta de que la mierda la llevás vos, o sos vos, como más te guste. Se supone que no todo el tiempo es así. Y ahí se supone bien. Al menos. Al menos no todo el tiempo es mierda, al menos podés tener mierda adentro y podés disimular.
Te fuiste pensando que te ibas de verdad, que te ibas a desconectar. Te lo creíste, allá lejos, de donde venís. Llegaste pensando que te ibas a desconectar, que te fuiste, que no estás donde están los demás y que qué suerte que tenés. Pero venís de la mierda, y tenés olor.
Sí, bueno, no es que no te distraigas, no es que no te encante donde estás, que no te encante estar lejos. Pero es justamente eso: estás lejos. Lejos de TU mierda, y te das cuenta de que no basta mirar para otro lado para olvidarte de dónde venís.
Y te sentís peor. Estás en un lugar muy lindo, con gente que por suerte no conocés, a todos le chupás un huevo. Prácticamente hacés lo que querés. ¿Y entonces qué? Está todo bárbaro, ¿no?
No. Te sentís peor. ¿Por qué? Porque tenés la preciada oportunidad de renovarte de aquella mierda, de dejarla a un lado por un tiempo. Tenés la oportunidad de superar lo que te lastima, porque no es simplemente un viaje a través del océano, es caer en otro mundo. Que no es otro mundo, ni otra realidad: es la única realidad, es la tuya y la de todos, en verdad.
Y ahora, hoy, tenés la oportunidad de darte cuenta, de abrir los ojos y dejar las porquerías atrás, porque no son otra cosa que porquerías. Empezás a ver lo que importa y lo que no, las cosas por las que te hacés un mundo, y no son ni un grano de arena.
Pero quién puede decir qué es un grano de arena y qué no. Objetivamente quizá sea fácil, pero no podés mirar objetivamente, no podés olvidarte de sentir. Y cuando corre la sangre por las venas empieza el problema. ¿Sentirte vivo es un problema, entonces?
Las cosas no pierden valor porque vueles lejos, no dejan de existir porque no las veas. Todo lo contrario; al no tenerlas, las echás de menos. Y vos estás solo al otro lado de andá a saber dónde, pensando en aquellas cosas que están en su lugar. Y las extrañás, pero las cosas no te extrañan porque vos te fuiste y vos debés volver.
Y sos vos y los demás; vos y las otras cosas; vos y tus problemas; vos y tus recuerdos. Y te fuiste buscándote, y dejándote atrás al mismo tiempo. Pero ¿sabés qué? sos vos, y no vas a dejar de serlo. Huyas a donde huyas, siempre te vas a llevar. ¿Evitarlo? ¿Acostumbrarse? Es irónico.
¿Entonces qué? Es tu turno de crecer, de cuidarte, de aprovechar, y de cambiar. Más que tu turno, tu oportunidad. Y los demás se transforman todos en un monitor. Y encima es mentira, porque monitor más o menos, los seguís pensando.
Mierda, es demasiada responsabilidad aprovechar o no esa oportunidad. Resulta difícil darse cuenta de qué es lo que vale y lo que no, lo que cuenta para al final haberlo vivido. Y no quiero que mi forma de crecer sea arrepentirme de lo que no aproveché.
Te fuiste pensando que te ibas de verdad, que te ibas a desconectar. Te lo creíste, allá lejos, de donde venís. Llegaste pensando que te ibas a desconectar, que te fuiste, que no estás donde están los demás y que qué suerte que tenés. Pero venís de la mierda, y tenés olor.
Sí, bueno, no es que no te distraigas, no es que no te encante donde estás, que no te encante estar lejos. Pero es justamente eso: estás lejos. Lejos de TU mierda, y te das cuenta de que no basta mirar para otro lado para olvidarte de dónde venís.
Y te sentís peor. Estás en un lugar muy lindo, con gente que por suerte no conocés, a todos le chupás un huevo. Prácticamente hacés lo que querés. ¿Y entonces qué? Está todo bárbaro, ¿no?
No. Te sentís peor. ¿Por qué? Porque tenés la preciada oportunidad de renovarte de aquella mierda, de dejarla a un lado por un tiempo. Tenés la oportunidad de superar lo que te lastima, porque no es simplemente un viaje a través del océano, es caer en otro mundo. Que no es otro mundo, ni otra realidad: es la única realidad, es la tuya y la de todos, en verdad.
Y ahora, hoy, tenés la oportunidad de darte cuenta, de abrir los ojos y dejar las porquerías atrás, porque no son otra cosa que porquerías. Empezás a ver lo que importa y lo que no, las cosas por las que te hacés un mundo, y no son ni un grano de arena.
Pero quién puede decir qué es un grano de arena y qué no. Objetivamente quizá sea fácil, pero no podés mirar objetivamente, no podés olvidarte de sentir. Y cuando corre la sangre por las venas empieza el problema. ¿Sentirte vivo es un problema, entonces?
Las cosas no pierden valor porque vueles lejos, no dejan de existir porque no las veas. Todo lo contrario; al no tenerlas, las echás de menos. Y vos estás solo al otro lado de andá a saber dónde, pensando en aquellas cosas que están en su lugar. Y las extrañás, pero las cosas no te extrañan porque vos te fuiste y vos debés volver.
Y sos vos y los demás; vos y las otras cosas; vos y tus problemas; vos y tus recuerdos. Y te fuiste buscándote, y dejándote atrás al mismo tiempo. Pero ¿sabés qué? sos vos, y no vas a dejar de serlo. Huyas a donde huyas, siempre te vas a llevar. ¿Evitarlo? ¿Acostumbrarse? Es irónico.
¿Entonces qué? Es tu turno de crecer, de cuidarte, de aprovechar, y de cambiar. Más que tu turno, tu oportunidad. Y los demás se transforman todos en un monitor. Y encima es mentira, porque monitor más o menos, los seguís pensando.
Mierda, es demasiada responsabilidad aprovechar o no esa oportunidad. Resulta difícil darse cuenta de qué es lo que vale y lo que no, lo que cuenta para al final haberlo vivido. Y no quiero que mi forma de crecer sea arrepentirme de lo que no aproveché.
martes, 18 de noviembre de 2008
No nada y se ahoga
¿Te acordás de aquellos tiempos, cuando el elixir de lo invisible nos hacía temblar? ¿Te acordás de aquella vez, cuando jugando aprendimos a volar? Yo no quiero volverme tan loco. Y yo tampoco. Ni yo.
Había algo hipnótico en vos, había algo que me alimentaba, y sin saberlo me enfermaba. Y no nos dimos cuenta, pero nos fuimos matando de a poquito. Aunque fuimos felices por aquellos días. No había miedos que nos asustaran, no había dolor que nos lastimara, existía un único peligro cuando nos juntábamos a delirar e inventarnos: el de ser descubiertos. Y lo sabíamos, y nos gustaba. Juntarnos era como un desafío diario, era plantarle cara al incierto futuro, era buscar y encontrar ahí eso que nunca supimos qué carajo era.
Pero al final nos desgastamos quién sabe por qué. Quizá fue que en el fondo no nos creímos que pudiese ser cierto. Quizá alguno se sintió culpable por verse bien y lindo. Quizás no, quizás aún hoy no haya pasado nada.
Quizás. Aunque las cosas cambiaron. Y la verdad es que no sé por qué, y la verdad es que te extraño, o me extraño a mí. Extraño cómo pude ser por aquellos días, extraño es cómo soy ahora. Y no entiendo, pero poco me importa ya entender. Si al fin y al cabo el tiempo pasó, y pasó nuestro cuarto de hora. Pero aún sabíamos reír.
¿Te acordás, flaco, de aquella juventud? ¿Te acordás, acaso, de quienes supimos ser? Hoy nos queda, al fin, un manojo de recuerdos; una experiencia más para contar; una paradoja de la osadía. Y hasta quizá, como quien no quiere la cosa, quede una historia por vivir.
Pero de nuevo el miedo a fracasar nos calla la boca, de nuevo las ganas de reencontrarnos no pueden contra temores absurdos. Por el miedo te sale mal, y el corazón se te esconde. Y ahora estás de cara frente al espejo, y ves que no sos más que un triste reflejo con sabor a soledad. Vení, volá, sentí…
Había algo hipnótico en vos, había algo que me alimentaba, y sin saberlo me enfermaba. Y no nos dimos cuenta, pero nos fuimos matando de a poquito. Aunque fuimos felices por aquellos días. No había miedos que nos asustaran, no había dolor que nos lastimara, existía un único peligro cuando nos juntábamos a delirar e inventarnos: el de ser descubiertos. Y lo sabíamos, y nos gustaba. Juntarnos era como un desafío diario, era plantarle cara al incierto futuro, era buscar y encontrar ahí eso que nunca supimos qué carajo era.
Pero al final nos desgastamos quién sabe por qué. Quizá fue que en el fondo no nos creímos que pudiese ser cierto. Quizá alguno se sintió culpable por verse bien y lindo. Quizás no, quizás aún hoy no haya pasado nada.
Quizás. Aunque las cosas cambiaron. Y la verdad es que no sé por qué, y la verdad es que te extraño, o me extraño a mí. Extraño cómo pude ser por aquellos días, extraño es cómo soy ahora. Y no entiendo, pero poco me importa ya entender. Si al fin y al cabo el tiempo pasó, y pasó nuestro cuarto de hora. Pero aún sabíamos reír.
¿Te acordás, flaco, de aquella juventud? ¿Te acordás, acaso, de quienes supimos ser? Hoy nos queda, al fin, un manojo de recuerdos; una experiencia más para contar; una paradoja de la osadía. Y hasta quizá, como quien no quiere la cosa, quede una historia por vivir.
Pero de nuevo el miedo a fracasar nos calla la boca, de nuevo las ganas de reencontrarnos no pueden contra temores absurdos. Por el miedo te sale mal, y el corazón se te esconde. Y ahora estás de cara frente al espejo, y ves que no sos más que un triste reflejo con sabor a soledad. Vení, volá, sentí…
viernes, 14 de noviembre de 2008
Relatividad
Iba a escribir que iba a leer un libro que iba a ser escrito.. Para ser leído en algún futuro pasado. Iba a decir que quería saber qué hacer conmigo, para ver si iba o no a ir. También iba a pensar qué iba a escribir, pero como lo pensé tarde, se me olvidó antes y no puedo escribirlo ahora. En realidad no hay mucho que decir. Las cosas no siempre son como parecen, y hay mucho que hacer.
Para mí el quid de la cuestión es que el tiempo no existe realmente, que es un invento más del ser humano.. que es tan subjetivo y modificable como todo lo que nos rodea, como todo lo que inventamos. Como todo. Pero que lo aceptamos como también aceptamos lo demás, porque es algo que nos es útil.. aunque no tanto. Dicen que es una dimensión más. En mi opinión, si acepto que es otra dimensión, nos es tan extraña porque no podemos manejarla como las otras tres, porque no tiene las mismas unidades, porque sólo nos resta amoldarnos, ceder a lo que nos impone. Aunque tampoco es que el tiempo sea EL TIEMPO y no se pueda hacer nada che, que como digna invención nuestra, también podemos sacarle provecho.
A mí me gusta pensar que las cosas sólo existen cuando las miro, ni siquiera cuando las pienso. Me gusta pensar que mientras duermo mi pieza ya no es más mi pieza; mi hermana no está en el mismo mundo que yo, durmiendo donde estaba cuando aún no dormíamos; y las cosas tienen movimiento (8) Me gusta pensar que las mesas, cuando estan solas y nadie las ve, levantan una pata, pero ese pensamiento es robado a Cortázar.. Aunque la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita, como dice el cartero en "Il Postino". En dos renglones ya puse como tres citas.
La cuestión es que el mundo así como está me parece aburrido, y prefiero pensarlo e imaginarlo, y nadie nunca tendrá razón, porque somos sujetos y no objetos, y por eso somos subjetivos y no objetivos (Galeano en El Libro de los Abrazos). Así que dentro de poquito me voy a deleitar en el fantabuloso mundo donde todo es posible, y las realidades son paralelas o no existen. Y así por siempre jamás podré ser yo, y vos y ser nadie y todos y no pensar más que inconscientemente.
Para mí el quid de la cuestión es que el tiempo no existe realmente, que es un invento más del ser humano.. que es tan subjetivo y modificable como todo lo que nos rodea, como todo lo que inventamos. Como todo. Pero que lo aceptamos como también aceptamos lo demás, porque es algo que nos es útil.. aunque no tanto. Dicen que es una dimensión más. En mi opinión, si acepto que es otra dimensión, nos es tan extraña porque no podemos manejarla como las otras tres, porque no tiene las mismas unidades, porque sólo nos resta amoldarnos, ceder a lo que nos impone. Aunque tampoco es que el tiempo sea EL TIEMPO y no se pueda hacer nada che, que como digna invención nuestra, también podemos sacarle provecho.
A mí me gusta pensar que las cosas sólo existen cuando las miro, ni siquiera cuando las pienso. Me gusta pensar que mientras duermo mi pieza ya no es más mi pieza; mi hermana no está en el mismo mundo que yo, durmiendo donde estaba cuando aún no dormíamos; y las cosas tienen movimiento (8) Me gusta pensar que las mesas, cuando estan solas y nadie las ve, levantan una pata, pero ese pensamiento es robado a Cortázar.. Aunque la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita, como dice el cartero en "Il Postino". En dos renglones ya puse como tres citas.
La cuestión es que el mundo así como está me parece aburrido, y prefiero pensarlo e imaginarlo, y nadie nunca tendrá razón, porque somos sujetos y no objetos, y por eso somos subjetivos y no objetivos (Galeano en El Libro de los Abrazos). Así que dentro de poquito me voy a deleitar en el fantabuloso mundo donde todo es posible, y las realidades son paralelas o no existen. Y así por siempre jamás podré ser yo, y vos y ser nadie y todos y no pensar más que inconscientemente.
lunes, 10 de noviembre de 2008
KISS ME
KILL ME
¿Qué onda la vida?
Aquí no hay nada para ver
¿¡Qué significa ESTO!?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Salir corriendo, irme de acá, volar lejos,
ir al más allá.
Pero no olvidar, eso no,
sólo dejarlo ahí.. por un tiempo
que no me haga más mal
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí
Ojalá estés bien, ojalá estés mejor..
ojalá en mejores tiempos nos volvamos a encontrar!
Hay algo que sigue vivo
lo renueva la ilusión
y en el último suspiro..
¡el momento ya llegó!
La vida es así,
cambia el viento
cambia la estación..
Suscribirse a:
Entradas (Atom)